viernes, 27 de junio de 2014

Las hermanas Úriz Pi: una razón para seguir luchando por la educación

Las hermanas Josefa y Elisa Úriz Pi.
Las hermanas Úriz Pi: una razón para seguir luchando por la educación

Reproduzco este artículo aparecido en Público.es por fundamental para quienes creemos en el papel que debe de tener la educación.

Tres décadas después de su fallecimiento en Berlín Oriental, los nombres de Josefa (1883-1958) y Elisa Úriz Pi (1893-1979) han resonado en un pequeño rincón de Navarra. Un amplio programa de actos organizados por el Ayuntamiento del Valle de Egües, su lugar de origen, ha recordado durante cuatro días el elevado compromiso social de estas hermanas que defendieron los derechos de la mujer y de la infancia ante Naciones Unidas, lucharon con la resistencia francesa en París durante la Segunda Guerra Mundial y se enfrentaron a la Iglesia en defensa de una educación igualitaria, entre otros hitos.
Desde la semana pasada, una plaza  de esta localidad navarra lleva el nombre de las dos intelectuales. Además, un colegio público espera ahora la autorización del Gobierno de Navarra para poder rebautizarse con el nombre de una de ellas.
Poseedoras de una mentalidad progresista y una conciencia crítica, la vida de las hermanas Úriz Pi está plagada de episodios, dentro y fuera de España, en defensa de los valores democráticos. Ambas militaron en el Partido Comunista, y tuvieron que exiliarse en 1939. Con la Transición, y el regreso de la democracia tras cuatro décadas de dictadura sus nombres quedaron silenciados.
"Se olvidaron de ellas porque eran dos comunistas y aquí siempre se ha tratado de minimizar el trabajo intelectual realizado por militantes comunistas, a los que se les ha tildado más de saboteadores que de gente que quería ayudar y enseñar", lamenta Olga García Domínguez, hija de miembros del PCE exiliados en Alemania y vecina de Elisa Úriz en Berlín Oriental. "En este país se ha ocultado todo", subraya.
Olga es una de las personas que ha preservado el legado de las hermanas Úriz a través de los múltiples documentos que guarda de ellas, fruto de la estrecha convivencia que mantuvieron los padres de Olga con Elisa tras la muerte de la hermana mayor.

Pioneras de la escuela moderna en España

Maestras de profesión, se considera a Josefa y a Elisa como las precursoras de la escuela moderna en España. Introdujeron los avanzados métodos educativos de María Montessori, Celestine Freinet, Ovide Decroly y Jean Piaget, entre otros, décadas antes de que comenzaran a generalizarse en el país.
Democratizaron las aulas eliminando las tarimas, se opusieron a los castigos, promovieron las asociaciones de padres y madres, sustituyeron los manuales por apuntes e introdujeron el comentario de texto sobre lecturas relacionadas con la realidad social. Josefa Úriz, Pepita, que dirigió la escuela normal de Magisterio de Lleida, creó la primera cátedra de estudio del catalán, abrió una residencia laica para que las jóvenes no se tuvieran que alojar en conventos y modernizó la biblioteca de la escuela, con una sala de lectura y gestión de préstamo de libros, antes inexistente.
"Eran mujeres muy activas; estuvieron en París, en el Congreso de la Paz, y becadas en Europa" relata Olga. En concreto, Pepita trabajó en Bélgica con el doctor Decroly y Elisa en Ginebra, estudiando los nuevos métodos de aprendizaje musical de Dalcroze, según ha indagado el historiador y periodista Manuel Martorell, que ha investigado la vida de estas dos hermanas y, junto a Olga, participó en los actos de homenaje de la pasada semana en Navarra.

Desterrada por recomendar una lectura feminista

La llegada de Pepita Úriz a la escuela normal de Magisterio de Lleida, con sus métodos avanzados, llamó pronto la atención de los estamentos más conservadores de la ciudad. "El obispo Josep Miralles la denunció ante el rectorado de la universidad por haber recomendado  a sus alumnas que leyeran un libro de Margarita Nelken", cuenta Olga. La denuncia derivó en un expediente que acabó convirtiéndose en una cuestión de estado. "Intelectuales de la época como Menéndez Pidal, Ramón y Cajal y Julián Besteiro firmaron un manifiesto de apoyo a Pepita", explica.
El propio presidente de las Cortes salió en su defensa, paralizando el proceso y provocando la dimisión del ministro de Educación. Pero la llegada de la dictadura de Primo de Rivera reabrió el expediente,  y fue expulsada a 100 kilómetros de la ciudad sin empleo ni sueldo durante un año. “Hubo una campaña a su favor y sus compañeros hicieron una colecta para poder pagarle durante un año el salario”, añade.

Hasta 100.000 menús infantiles al día en plena guerra

Sensibilizadas con las víctimas más débiles de la Guerra Civil, los niños, ambas hermanas participaron en la ayuda de retaguardia. "Estuvieron muy activas en las colonias pedagógicas, alimentando a los niños", indica Olga. Llegaron a dar, según datos contrastados por Martorell, hasta 100.000 comidas al día. Pepita fue, desde septiembre de 1938, directora general de Evacuación y Refugiados, nombrada por el gobierno de la República. Ayudaron también a cientos de profesores a partir hacia el exilio.

Las hermanas Úriz.
Antes del estallido de la guerra, las hermanas se habían afiliado al Partit Comunista de Catalunya, donde también militaba el que fuera marido de Elisa, el secretario general de la UGT catalana Antonio Sesé. "Lo mataron el día que iba a tomar posesión de su cargo de ministro", apuntala Olga. El matrimonio junto a la hermana mayor, Pepita, promovió la fundación del Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC). Esta última, además, fue elegida secretaria general de la rama catalana del principal sindicato de trabajadores de la enseñanza, FETE-UGT, en agosto de 1936, y elevada a presidenta año y medio después, según consta en la documentación que Olga conserva de las hermanas.
Con una trayectoria a sus espaldas en defensa del progreso y la democracia -en 1934 impulsaron la asociación Mujeres Antifascistas Españolas-,  Elisa y Pepita Úriz no tenían sitio en la oscura dictadura que cercenó de raíz los avances republicanos. En febrero de 1939, dos meses antes de que los militares sublevados, con Franco a la cabeza, proclamaran su victoria en Burgos, las hermanas navarras abandonaron el país para no volver nunca más.

Lucha contra el fascismo en el maquis francés

Cruzaron la frontera por los Pirineos, y en el exilio en Francia volvieron a vivir de manera intensa otra guerra. Lucharon contra el nazismo al lado de la resistencia española en París, formando parte del núcleo dirigido por los hermanos Miret. Cuando este grupo fue desarticulado, en 1942, Josep Miret fue asesinado en el campo de concentración de Mauthausen. Elisa y Pepita lograron escapar. 
"A Elisa no le gustaba mucho hablar de sus 'batallitas', como ella decía. Cuando empecé a mirar con detenimiento sus documentos comencé a saber más de su vida. Vi que tenía hasta un carnet para portar armas, consecuencia de su pertenencia al primer grupo armado de la resistencia parisina", detalla Olga.
Tras años escasos de tranquilidad en París, el gobierno francés expulsó a los militantes comunistas en el marco de la denominada 'Operación Bolero', en 1950. Las hermanas navarras recibieron su expulsión en abril de 1951. La Guerra Fría las obligaba a vivir en su lado ideológico del mundo, y cruzaron el Telón de Acero para instalar su residencia en Berlín Oriental. Pepita murió y fue enterrada en esta ciudad. La hermana menor continuó su actividad intelectual, más sosegada en los últimos años, según recuerda Olga, estudiante de Medicina en aquel tiempo. "Era una mujer muy generosa y solidaria; mi padre era ciego y ella bajaba todos los días a leerle los periódicos. También le interesaba mucho la actualidad política, leía prensa de diferentes países a diario".

En defensa de las mujeres presas en cárceles de Franco

Elisa Úriz, en el marco de la Federación Democrática Internacional de Mujeres (FDIM), donde llegó a la secretaría general, propuso que cada 1 de junio se celebrara en todo el mundo una jornada para la infancia equiparable al 8 de marzo para la mujer. Tras años de trabajo, Naciones Unidas proclamó el Día Mundial del Niño, cita que muchos países siguen recordando. “Después, costó mucho que se mantuviera porque dentro de la Federación había mujeres de muchas orientaciones políticas que apoyaban que cada país tuviera su propio día de la infancia”, aclara Olga, cuya madre, Isabel Domínguez, sustituyó a Elisa como representante española en la FDIM. 
Con esta organización, la menor de las Úriz denunció las condiciones en que vivían las presas en las cárceles de Franco, y logró en 1948 que una comisión de juristas visitara las prisiones madrileñas de Las Ventas y Yeserías. Elisa formó además parte de la Unión de Mujeres Españolas, organización integrada por grupos que actuaban en la clandestinidad durante la dictadura, y participó en el consejo de redacción de la revista Mujeres Antifascistas Españolas con Dolores Ibárruri, Victoria Kent y Teresa León, entre otras. "Este movimiento estaba originado por las mujeres de los presos, las que lucharon por las libertades de sus compañeros y por la libertad en general", concreta Olga.
35 años después del fallecimiento de Elisa, el Valle de Egües (18.000 habitantes),  ha reconocido la figura de estas dos mujeres, desconocidas en su país, que con su trabajo allanaron el camino por el que se han ido conquistando los derechos sociales de las mujeres en muchos países del mundo.

sábado, 14 de junio de 2014

Desembarcaron en Mexico unos 25.000 exiliados republicanos. Su huella se hizo sentir


Barre el puerto de Veracruz un aire tropical cargado de calor y de recuerdos. A sus 88 años, Isabel Rosique Molina ha vuelto muy cerca del lugar en el que hace tres cuartos de siglo la historia desembarcó con ella. Allí, en un muelle que ahora ocupa una gigantesca estructura de hormigón, fue donde el 13 de junio de 1939, a eso de las cinco de la tarde, finalizó la travesía del Sinaia, un buque de vapor que transportó hasta México a 1.599 refugiados españoles que huían de la represión franquista y de los campos de concentración franceses. Ese día acabó el viaje, pero dio comienzo una leyenda del exilio republicano, un símbolo que abrió la puerta a otras muchas travesías y que ayer fue conmemorado por los supervivientes. Para celebrar el 75 aniversario destaparon una sencilla placa de agradecimiento a México y Veracruz. El acto, en el que participaron con palabras vigorosas las autoridades mexicanas, fue breve. Aunque hubo aplausos y vivas, algunos exiliados del Sinaia lloraron, otros simplemente se quedaron mirando el vacío. Se respiraba entre ellos una España que en España queda lejos, pero que en tierras mexicanas aún vibra con fuerza: la que representó la República.

- ¿Es usted republicana?
- A muerte. Fíjese que el otro día hasta me puse a llorar al ver la manifestación en la Puerta del Sol de Madrid.

Isabel Rosique acaba de liberar una enorme sonrisa. La mujer, un torrente de energía con cinco hijos, siete nietos y tres bisnietos, no olvida. A la edad de 12 años se subió con su familia al barco en el puerto francés de Sète. La navegación duró 18 días. Luego vino el resto de la vida. Pero ella nunca ha abandonado del todo aquel buque. Su padre, cajista del periódico barcelonés Última hora y afiliado a Esquerra Republicana, murió en México sin poder volver a España. Tampoco logró hacerlo su madre. E Isabel, tras una existencia plena, quiere ahora que sus cenizas se esparzan en las aguas que siente más cercanas, las de Veracruz. “Con suerte llegarán a España”, dice en voz más baja.
Isabel Rosique, como Juan Atilano, Carlos Rodríguez Núñez, Néstor de Buen, Regina Díez Martín o Aida Pérez Flores-Valdés poseen casi todos la doble nacionalidad, aunque se declaran más mexicanos que españoles. Tienen presente que fue esa tierra la que les recibió con los brazos abiertos en tiempos de derrota. Y que lo hizo sin tapujos.
La decisión correspondió al presidente Lázaro Cárdenas, el mismo que había expropiado un año antes el petróleo a las multinacionales estadounidenses y británicas. Aunque hubo algún antecedente, como el episodio de los niños de Morelia, en 1937, el visto bueno al Sinaiarepresentó una clara apuesta política de México por la causa republicana en una hora de pasividad general. Una línea maestra que mantuvo hasta el 28 de marzo de 1978 cuando, ya asentada la democracia en España, se restablecieron las relaciones diplomáticas.
La expedición, la primera de una larga serie, se organizó con ayuda del Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles, controlado por el Gobierno republicano. El 25 de mayo, con un pasaje que duplicaba su capacidad , zarpó el buque. Atrás dejaba un continente que la barbarie nazi estaba a punto hacer estallar.
La vida a bordo fue recogida en un documento excepcional: una publicación editada en ciclostil bajo la cabecera Sinaia, diario de la primera expedición de republicanos españoles a México. En sus páginas, dirigidas por el periodista y escritor Juan Rejano, tienen cabida noticias relevantes de aquellos días, piezas didácticas sobre la tierra de acogida, análisis de alto voltaje político y loas descaradas a Cárdenas. Pero también se reproduce el microcosmos del barco y sus 307 familias. Ahí se habla de idilios surgidos en la inmensidad del Atlántico, del nacimiento de la niña Susana Sinaia Caparrós o de la vuelta a la humanidad que experimentaban muchos pasajeros tras abandonar los humillantes uniformes de los campos de concentración.
En aquellos días, Julián Atilano era un chico de 12 años que correteaba por la cubierta del Sinaia y, cuando nadie le veía, se metía en los botes salvavidas a comerse galletas. Han pasado 75 años y recuerda ese tiempo con un punto de tristeza: “Hubo un momento imborrable cuando pasamos por delante del Peñón de Gibraltar e íbamos a dejar definitivamente atrás España. Algunos integrantes de la Orquesta Sinfónica de Madrid que viajaban en el barco se pusieron a interpretar Suspiros de España. Ahí sentimos que no había retorno”.
El diario, a lo largo de sus 18 entregas, desgrana una faceta de la vida a bordo que hizo del exilio republicano un referente latinoamericano: su poderío intelectual. Los conciertos, las conferencias, las lecturas poéticas, los debates profesionales se sucedían. El poeta Pedro Garfias (“España que perdimos, no nos pierdas”, escribió en la travesía), los filósofos José Gaos y Adolfo Sánchez Vázquez o el escritor Manuel Andújar, entre otros muchos intelectuales se habían sumado a aquella aventura. “Franco habló del oro robado por la República, pero se le escapó que el mayor tesoro lo transportaba elSinaia”, afirma la rectora de la Universidad Veracruzana, Sara Ladrón de Guevara.
Al descender del buque, esperaban a los exiliados cerca de 20.000 personas. A los supervivientes ese recuerdo se les ha quedado grabado. “Yo, que de México no sabía más que lo que había visto en un noticiero sobre la extracción del pulque, me encontré un puerto lleno de banderas, pancartas y aplausos. Nos querían”, recuerda Rosique. El enviado del Gobierno mexicano se refirió a los recién desembarcados como “exponentes de la causa imperecedera de las libertades del hombre”.
Después del Sinaia arribaron con la misma carga otros muchos buques como el Ipanema o el Mexique ; el último fue el Nyassa, en 1942. A lo largo de esos años, desembarcaron unos 25.000 exiliados republicanos. Su huella se hizo sentir. Fundaron centros educativos de gran influencia como el Colegio Madrid, el Instituto Luis Vives y la Academia Hispano-Mexicana. Germinaron en la universidades y en el campo de la cultura y la ciencia. “Fueron un movimiento de transterrados, como ellos mismos decían, se fundieron en la tierra que les recibió”, explica Carmen Tagüeña, presidenta del Ateneo Español de México, organizadora del aniversario.
En un mundo en llamas, el Sinaia corrió otra suerte. El 22 de agosto de 1944, el buque de vapor de 122 metros de eslora fue hundido por los nazis frente al puerto de Marsella. Dos años después, acabada la guerra, fue reflotado y desguazado. Una pequeña placa junto al puerto de Veracruz da las gracias desde ayer a México por hacer posible su travesía.

sábado, 7 de junio de 2014

Charla de Mario Bunge en la UNED

Charla magistral del filósofo de la ciencia Mario Bunge

http://www.canal.uned.es/mmobj/index/id/19670

La charla empieza en el minuto 9. En el minuto 32 Mario pone el acento en lo importante que es interpelar la realidad con la metodología adecuada. Mi reflexión es: con el subconsciente ¿Utilizamos un espectrómetro de masas o un diván?.